DEPRESIÓN

TRATAMIENTO DE LA DEPRESIÓN - CLASIFICACIÓN DE CAUSAS Y DIAGNÓSTICO

La depresión en sus formas más habituales, es una sintomatología que indica una carencia o un conflicto, no un problema en sí mismo, no es una "enfermedad". Para poner un ejemplo didáctico, digamos que si una planta está seca, lo que tiene es una carencia (de agua). Por lo tanto, medicar al paciente afectado por la depresión es igual que echar medicamentos o fertilizantes en vez que agua a una planta seca... Y mucha gente, además de ser atosigada con medicamentos, ingiere cantidades ingentes de fertilizantes para humanos (todo lo que hay en el refrigerador, sumando obesidad al cuadro de situación) en vez de analizar cuál es la real carencia que le ha llevado a la situación depresiva. Y cabe decir que hay carencias reales, auténticas, pero la gran mayoría son pseudocarencias, es decir irreales, fantasmas de deseos insatisfechos, caprichos obsesivos, etc. de los que hablamos más adelante y en otras páginas de este blog.

Para complicar el problema, los antidepresivos tienen infinidad de contraindicaciones, efectos secundarios y algo peor que todo ello respecto a la depresión en sí: La adicción. Entonces una disminución drástica de la dosis implicará -aparte de los efectos físicos del síndrome de carencia de la droga- un aumento inversamente proporcional de todos los aspectos del síntoma depresivo: angustia existencial, soledad, vacío emocional, tristeza, pesimismo, etc., acercando al paciente a estadio sintomático más grave, que es el de los pensamientos suicidas.
En Occidente el porcentaje de suicidios por causas de depresión, rondan el 98 %, siendo el restante 2 % por causas "místicas". En cambio en Oriente hay más razones, por ejemplo en China el 86 % es por depresión y el resto por honor. En Japón sólo el 74 % es por depresión y el resto por honor o por delirios místicos.
Aunque nos basamos en estadísticas de 2006 a 2009, seguramente son hoy muy similares. 
Pero lo más curioso de esta estadística, en una parte realizada íntegramente en base a datos hospitalarios y policiales contrastados en Japón, Noruega, Bélgica, Alemania y Francia, es que el 92 % de los suicidas estaban medicados. Si mirásemos las estadísticas de éxito de los psicólogos en cuanto a la depresión y el suicidio, en contraste con los psiquiatras, veríamos una diferencia abismal. No la hemos hecho ni existen estas estadísticas a nivel oficial, pero sí hay ensayos estadísticos que tienen para nosotros el mismo o más valor que las oficiales, al no existir intereses del mercado farmacéutico en ellas. Considere el Lector/a las siguientes razones:

1) Que el psicólogo no receta medicamentos, por lo tanto no crea adicción química en el paciente.

2) No encubre el síntoma drogando al paciente, por lo tanto no baja su nivel de consciencia, de modo que interactúa con él para descubrir las carencias que conforman la etiología. En vez que drogas, la psicología utiliza una serie de recursos que tienden a descubrir esas carencias, las cuales muchas veces pueden suplirse y otras veces simplemente superarse por compensación. A la vez, induce una serie de actitudes, propuestas y actividades que no sólo pueden compensar psicológicamente, sino superar todas las carencias y falsas carencias, reorientando la vida del paciente de modo que suele ser muy espectacular.
La espectacularidad de un buen tratamiento antidepresivo psicológico en vez que psiquiátrico, no se queda en la rapidez (a veces instantaneidad) de los resultados, sino en todos los cambios que se observan en la vida de la persona que ha dejado de ser paciente para ser alguien realizado y feliz.

3) En el caso de algunos equipos de investigación como en el nuestro, existen otras herramientas que amplían mucho el espectro de problemas que se pueden resolver. No sólo nos dedicamos a la atención de personas, sino que gracias a internet el grupo va actualizándose y haciendo interconsulta en la mayoría de los casos. Parte de las herramientas que son inexistentes en la psiquiatría y raras entre los psicólogos, son los conocimientos parapsicológicos. Con ellos, algunos de nuestros compañeros y asesores han logrado resolver problemas psicológicos muy atípicos, relacionados a encarnaciones anteriores, entre otros. 
La clasificación general que exponemos como causas de depresión, es a partir de las causas según los pacientes (o sea según lo que el paciente refiere), pero nosotros tenemos una clasificación diferente, basada en las estructuras engrámicas y carácter (perfil) psicológico que trazamos para poder diagnosticar. A veces concuerdan, pero otras veces el problema se encuentra donde menos imagina el paciente. Siempre es ya un paso importante para ellos, darse cuenta cuál es la verdadera causa.   

A) PARANORMALES: Se crea o no en la reencarnación, en su recuerdo y otras rarezas paranormales, hay sistemas de regresiones y conceptos que funcionan terapéuticamente. Muchas de estas cosas resultan ser delirios mitómanos, pero otras veces nos hallamos con personas que sufren depresión profunda al no conseguir ser comprendidas ni entendidas por los religiosos ni los psiquiatras, ni psicólogos. Viajes astrales espontáneos. no deseados, visión astral no deseada, a veces producida por medicamentos, otras sin causa clínica aparente, obligan a muchas personas a pasar por exámenes tortuosos, exorcismos religiosos con sesiones que resultan a veces más traumáticas que los propios episodios de posesión habituales... un largo historial de casos así, han dado a los psicólogos trascendentalistas, experiencia como para abarcar mucho más allá de la gestáltica y la dianética (escuelas psicológicas muy recomendables si se tiene un poco de precaución en su uso).

Los llamados "conocimientos esotéricos" de la psicología trascendental (algo más avanzada que la psicología transpersonal), han sacado de la depresión en muy pocas sesiones a aquellas personas cuya causa real era la carencia de comprensión por parte de los profesionales y los religiosos, así como carencia de conocimientos, por parte de ellas mismas, para manejar sus facultades paranormales en desarrollo. La clarividencia, por ejemplo, no suele ser causa de depresión, pero el desarrollo de la visión astral y los viajes astrales no voluntarios, sí suelen acarrear incontables sufrimientos y llevar a estados depresivos. A veces se consigue anular ese tipo de percepción, pero otras veces no. La vista astral, por ejemplo, no es más que un desarrollo espontáneo de un potencial que tenemos todos los seres humanos a nivel cerebral y una sustancia en las pupilas que descompone la luz ampliando el espectro de percepción. En síntesis, ver fantasmas, ver personas muertas y muchas otras "alucinaciones" sin influencia química ni desórdenes mentales, se debe sólo a una percepción mucho más amplia de lo normal, del espectro lumínico. 
La nictalopia (vista en la noche oscura) es un fenómeno muy raro, que no implica per se tener vista astral, pero sí que está relacionado en la mayoría de las personas que ven en astral, y es simplemente que dicha visión abarca mucho más allá del infrarrojo, por lo que ven perfectamente en la noche o incluso en una habitación en oscuridad hermética (a diferencia del nictálope, que requiere un mínimo de luz, como la de las estrellas, aunque sea bajo nublado). Cuando esas personas con visión astral no saben llevar inteligentemente esas capacidades suelen caer en estados depresivos y si son medicadas, en el mejor de los casos pierden esas facultades, pero casi siempre ocurre lo peor, y es que resulta "más dañino el remedio que la enfermedad".
Dejaremos para otras páginas de este blog las cuestiones paranormales, para volver sobre la depresión en los casos más normales.

B) PAREJAS: Dentro los casos no considerables como graves, dada la fácil resolución de los problemas, tenemos como inmensa mayoría a los caprichos, obsesiones y conflictos emocionales de pareja. Un amor roto, una pareja engañada que descubre la infidelidad, una relación de pareja con malos tratos, las desavenencias de pareja que no se consiguen armonizar... Una larga lista de problemas que suelen requerir más de cuatro sesiones pero nunca más de diez, aún en los problemas más complejos.

C) VOCACIONALES: Las depresiones causadas por conflictos vocacionales o mala (o ninguna) orientación en los estudios o el trabajo. Estos problemas se resuelven en menos sesiones (entre tres y cinco) pero considerablemente más largas. Suele bastar una sesión de cuatro o cinco horas para un paciente niño o adolescentes hasta quince años, porque las soluciones incluyen decisiones de estudios. Pero va siendo algo más complejo luego de esa edad, cuando se ha avanzado en la secundaria o se ha invertido tiempo y dinero en una carrera universitaria. De todos modos, nunca es tarde para corregir rumbos. 
En los adultos, sobre todo si ya tienen hijos, las cosas son más complejas porque no es tan fácil cambiar de trabajo. Pero a cualquier edad, descubrir cuál es la verdadera vocación es algo extraordinario, en extremo satisfactorio y siempre hay alguna manera inteligente de corregir rumbos sin perjuicio para las responsabilidades adquiridas.

D) ORGÁNICAS: Se trata de un porcentaje realmente muy pequeño de los casos, pero los hay. Tampoco se tratan con medicamentos, sino que se les deriva a la especialidad médica que corresponda, generalmente endocrinología. A veces nos encontramos con enfermedades supuestamente incurables, cuya "condena" o "desahucio" por parte de los médicos, agrava la situación con la depresión lógica que produce semejante aberración en el trato médico-paciente. Por eso tenemos un selecto grupo de médicos holísticos para los que no existe ninguna "enfermedad incurable", y remitimos a ellos a nuestros pacientes. Los resultados han sido siempre increíbles. En algunas ocasiones, la depresión resulta ser un efecto secundario de la medicación, ya sea psiquiátrica o cualquier otra que produzca en el paciente una reacción endocrina adversa con impacto psicológico.

E) EXISTENCIALES: Son las más difíciles de tratar por las escuelas de psicología más convencionales, incluyendo la junguiana. Quizá quien comprendiera en toda su profundidad la obra de Karl Jung, podría aplicar parte de sus conceptos para diagnosticar y resolver parte e los problemas existenciales, pero éstos requieren unos puntos de vista más avanzados y afortunadamente, nuestro equipo cuenta con ellos porque no nos hemos quedado desfasados. Hemos avanzado mucho sobre la propia obra de Jung y otros autores, lo que nos permite detectar, diferenciar y resolver rápidamente las depresiones existenciales. Generalmente se trata de dar a la persona el conocimiento adecuado y en muy pocos días la vida del paciente comienza a cambiar. Como en todo nuestro trabajo, nadie necesita creer en nada ni en nadie. Sólo verificar por si mismo los conocimientos impartidos a la persona, que constituyen la mayor parte de la psicoterapia.

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